Guau! Guau! Bienvenidos a mi blog, un espacio para "dejar huella"

sábado, 14 de abril de 2012

Vida toledana :)

La vida en Toledo es muy tranquila... Estoy deseando salir de paseo y corretear por la calle, pero Al dice que hasta que no cumpla tres meses y vayamos al veterinario no puedo... Así que de vez en cuando me mete en la mochila y vamos al videoclub o a comprar el pan, pero poco más. Cuando se va a trabajar por las mañanas me ha comprado una especie de "casa grande"; es como un recinto donde tengo todo, mis juguetes, el agua, la comida y mi cama, yo creo que lo hace para que no rompa nada (cosa, que a nuestra edad, cuando somos cachorros, suele ocurrir con bastante facilidad). Aquí tenéis un par de fotos de mi finca privada con vistas al salón :)

En mi familia de Albacete ya preguntan más por mí; incluso alguna noche nos conectamos por el ordenador y veo a mis abuelitos y a mis tías. Ellos a mí también, claro. Parece que ya se les va pasando el enfado. Total! No es para tanto, creo yo. Mi dueña dice que ya como igual que un campeón; la verdad es que me encanta comer... un día (ahora que no está) mordisqueé el saco de la comida hasta romperlo y empezaron a caer deliciosos granulos que iban directos a mi pequeña tripa. El resultado? Dos o tres días estuve sin comer porque me puse malo. Cómo dicen por mi tierra: "Eso te pasa por catacaldos, Dante"!

Buenos amig@s, voy a seguir durmiendo, que aquí ya se está calentito (de vez en cuando me dejan estar en el sofá con mi manta) y me quedo dormido. Espero poder contaros mi primera salida a la gran ciudad en breve. Un abrazo perruno!! GUAU GUAU!






lunes, 9 de abril de 2012

A Toledo!

Hoy me he despertado genial. A mis abuelitos ya les hago un poco más de "gracia" o parece que me miran de forma diferente. Mi tía Cris viene a verme todos los días, un día, de hecho, Al me dejó con ella en casa y me escondí en el cesto de la ropa sucia y me quedé dormidito... a la pobre casi le da algo porque no me encontraba. Mi tía Marisa es un poco más seria pero le hago reír y tengo dos primitos con los que estoy deseando jugar, aunque aún no puedo por si les hago daño, pero me gusta cuando vienen a verme.

Después de comer, Al empezó a preparar maleta mientras me contaba que nos ibamos; las vacaciones habían llegado a su fin y nos tocaba irnos dónde mi dueña trabajaba, a Toledo. Al principio no me quedé muy tranquilo porque con lo pequeño que era aún me costaba un poco todo esto de viajar y estar de un lado para otro. Al final no estuvo tan mal, paramos un par de veces para que hiciese pipí y por fin llegamos a nuestro destino. Mi nuevo hogar era más pequeñito pero muy acogedor y mi dueña se había llevado mi casita y todas mis cosas, así que no noté tanto el cambio.


Antes de cenar he tenido mi primer baño, aunque para mi fue algo así como un "Spa" de estos modernos, porque me sentí igual. Al me acariciaba con el jabón, yo chapoteaba y me gustaba resbalar por la bañera. Cuando salí del agua vino lo peor, algo con lo que tendré que lidiar toda mi vida: el secador! Ese aparato que sopla y sopla y sopla y no te deja casi respirar... Menos mal que no fue cosa de mucho y que después de todo el sufrimiento cené tranquilo y me quedé dormido mientras olfateaba lo bien que me olían las patitas :)

Aprovecho aquí para presentaros a "mi primer peluche". Un monito que me regalaron las amigas de Al antes de venir a Toledo y que me acompañará en muchas de mis peripecias a lo largo de los próximos meses.

sábado, 7 de abril de 2012

La familia crece


Hoy parece que también será un día especial... Al está un poco nerviosa y anda limpiando de un lado para otro, parece que nos visita alguien importante. De repente aparecen los que más tarde serían mis abuelitos, aunque no parecían muy contentos por verme, más bien parece que le riñen a Al, le dicen algo así como que voy a ser un estorbo, que tener un perro es mucha responsabilidad y que a ver cómo se las iba a arreglar ella sola en Toledo conmigo, pero... ¿CÓMO? ¿TOLEDO? A mí nadie me contaba nada... yo no sabía nada de nada... Al final mi dueña discutió con mis abuelitos y se puso a llorar, yo me acurruqué a su lado y nos quedamos dormidos.

Más tarde llegó mi tía Cris y mi tía Marisa con chicos que debían ser mis cuñados; Cris estaba simpática, jugaba conmigo aunque parecía que le daba un poquito de miedo... Marisa me pareció algo más "raspilla", porque tenía a dos nenes que eran pequeños como yo y no quería que me acercase mucho a ellos (ahora son mis mejores amigos). En fin, que de buenas a primeras mi entrada en casa no fue muy buena, pero mi dueña se plantó y seguimos para delante, también con la ayuda de mi tía Esther, a la que me gustaría que fuéseis conociendo porque es la mami de mi primo pequeño  (que no es tan pequeño) y que os enseñaré más adelante.

jueves, 5 de abril de 2012

Nos vamos de cumple!!

Ésto sí que no me lo esperaba!! Por la manaña, y después de comerme un arrocito y un trozo de pechuga que sabían a gloria, estuve jugando un rato con Al; aunque aún me dolía la tripa un poquito, me sentía mejor y no sé por qué, pero algo me decía que sería un día un tanto especial.
 

Después nos pusimos a cocinar, bueno, Al cocinaba y yo intentaba trepara para ver si "pescaba" algo, pero nada, además mi dueña me repetía: "No, que estás malito!" :(  Y yo pensaba: "Ya no lo estoy... te lo juro por Snoopy!"; al final, no hubo suerte, creo que un poco de jamón york y poco más.

Después de preparar la comida comenzó a venir gente a casa, qué bien! Nuevos amigos!! No paraban de acariciarme, me llamaban "pequeño", "enano"... a algunos les gustaba más que a otros, para unos era una responsabilidad muy grande tener un perro, a otros les encantaría pero no podían por su trabajo... Bueno, a mi mientras le gustase a mi dueña, me daba igual y por lo que decían todos, yo era muy guapo, así que... Qué más podía pedir!

Comimos todos juntos, yo mientras hacía mis típicas trastadas, pipí, caca, además... no sabía muy bien dónde podía hacerlo así que cualquier parte era buena. Había fiesta, cantaron una canción y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba en mi primera fiesta de cumpleaños: era el cumple de Al!! Qué ilusión!!, además me gustó cuando se acercó al mi oreja y me dijo: "eres el mejor regalo de cumple"... Estaba ilusionado, por mí y por ella también, la veía muy feliz. 

Después de comer se marcharon a "La Zona" (es un lugar al que van tus dueños y sabes cuando se van, pero nunca sabes cuando vuelven), y yo aproveché para descansar, que el día había sido movidito.



miércoles, 4 de abril de 2012

Una primera noche para olvidar

No me encuentro bien, desde que Al cerró la puerta todo es diferente; veo una luz fuera, pero ni siquiera puedo distinguir qué es, así que no tengo más remedio... GUAU!! GUAU!!; pero mi primer ladrido resulta algo inútil, casi no me sale y me siento ridículo. Ahora sí, quiero llorar...

Enseguida se enciende la luz: ¡Bien! Almu está en casa, no se ha ido!! Aparece en la cocina y me acaricia la cabecita mientras, para varíar, va a por la fregona a recoger mis "incontinencias". Ahora me siento algo mejor, aunque mi estómago no para de gruñir y de repente... Wow!!! Todo lo que había comido vuelve a salir! Miro a Al, ella me mira a mí, y no entiendo que es lo que pasa, pero me abraza con fuerza y me hace sentir mejor. Es mi primer vómito. Y no será el único, teniendo en cuenta mi gran afición a la comida :)

A partir de ese momento, Almu aparece en la cocina cada vez que me muevo, y no me extraña, porque me doy cuenta de que hago mucho ruido, pero no está mal del todo, al menos para mí, porque a mi dueña ya le empiezo a notar cara de cansada. ¿No me devolverá, no?

martes, 3 de abril de 2012

Por fin en casa!

Aunque el camino se me hizo largo, estaba deseando ver dónde me llevaban. Cuando me sacaron del coche no lo pude evitar, mi emoción era tal que me hice pipí encima de mi dueña. Me sentí un poco avergonzado, pero a ella no le importó, de hecho ella y su amiga (mi tía Esther) reían y hablaban de sus cosas, a las que yo no atendía porque no paraba de mirar a mi alrededor toda y cada una de las cosas que había, no quería perderme nada!

La llegada a casa fue increíble. Nada más entrar me dejaron que olisquease todo, que me moviese por mi nuevo hogar, y así lo hice (entre pipí y pipí, claro). En la entrada no encontré nada especial, el gran regalo para mí estaba en la cocina, era una casita "de perro" muy bonita, con muchos colores y algunos juguetes. Qué emoción!! Guau!! Guau!! Lo quería probar todo, jugar con todo a la vez; todo era nuevo para mí, mordisqueaba mis juguetes, saltaba por la cama hasta caer rendido, bebía agua de cualquier manera (más adelante sabréis por qué digo "de cualquier manera").

Me siento feliz, aunque un poco sólo todavía, me acuerdo de mi hermanita y pienso en cómo estará ella. Mientras, paso el rato mordisqueando lo que encuentro cerca de mí y tropezando con cada rincón de la casa. Al, mi dueña, va detrás de mí a cada lugar sin separarse de la fregona y la oígo decir: "Ya me contaron a mí que antes de comprarle un collar, debía comprar una fregona!" Jeje. Es tan dulce!

Era de noche ya, la casa en silencio, y mi dueña apaga las luces y cierra la puerta de la cocina. ¿Dónde irá? ¿No pensará dejarme sólo aquí? De repente tengo miedo, frío, me siento sólo, y mi estómago no parece haber asimilado muy bien esas cosas cuadraditas con sabor a ternera que me ha dado para cenar. La noche no empieza bien...

El día que llegó "Al"

El día era frío, mi hermanita y yo estábamos acurrucados en una cesta sobre una mantita e intentábamos no pensar en nada, sólo no pasar frío. La gente pasaba de un lado a otro, pero nadie nos decía nada. Cuando la tarde estaba ya tocando a su fin, aparecieron unas chicas que, así, a simple vista, no parecían mala gente. Se acercaron, nos acariciaron y jugamos un poquito. Ellas tenían las manos grandes, nosotros unas patitas de tan sólo un mes; nos cogían, nos acariciaban... qué bien!!! Algo de calor humano...

De repente una de las chicas me cogió y me fui con ella, mire a mi hermanita pero escuché decir a un señor que estaba allí con nosotros que al día siguiente una buena familia iría a recogerla, así que, aunque con mucha pena, decidí que era lo mejor para los dos; así no moriríamos de frío o hambre. Tenía tanto miedo de no poder cuidar de ella siendo tan pequeño y débil...

Después de firmar un monton de papeles (no yo, me refiero a la que sería mi dueña), me subí en un coche. Por el camino todo era alegría, había música, risas, fiesta... No sabía muy bien dónde íbamos, pero no debía estar mal; en el coche se estaba calentito y empecé a sentirme, por primera vez, y con un sólo dos meses de vida, querido por un humano.