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lunes, 10 de septiembre de 2012

Castración en perros

Dante y el postoperatorio
¿Castrar o no castrar? Esa es la cuestión amig@s. Respecto a este tema muchas son las opiniones que vamos a encontrar. Yo soy un perro castrado (no me enorgullezco de ello, pero tampoco me molesta decirlo). A mí me castraron porque al pasar por una protectora de animales es lo que toca. Aún así vamos a ver algunas de las ventajas y de los inconvenientes de la castración (también intentaremos desprendernos de algunos falsos mitos sobre la operación y sus consecuencias).

Empezaremos por los beneficios a nivel de la salud, ya que al ser castrados evitamos los problemas de próstata y el cáncer de testículo, siendo éste último muy normal entre mis amigos los perros. Con respecto al cáncer de próstata, no se elimina el riesgo por completo, pero sí se evita la inflamación de la próstata y los problemas derivados de la misma.

Aún así, por lo que más se decide si operarnos o no es por factores relacionados con el comportamiento... y efectivamente, con mi nerviosismo característico, yo sabía que llevaba todas las cartas para que me interviniesen. En la castración, las hormonas sexuales masculinas se reducen de un modo considerable, lo que afecta al comportamiento en lo relativo a conductas agresivas, marcación del territorio, persecución de hembras en el período de celo, habilidades sociales... Dicho así suena a que después de la castración tendrás un perro con un comportamiento ejemplar, pero no! Cómo ya os contaba en mi "post" anterior... la educación del perro hay que llevarla a cabo en casa día a día, con los que nos rodean y con mucha paciencia, pero el hecho de dejarnos sin "huevecetes" no conlleva un cambio asombroso en nuestro comportamiento de la noche a la mañana; por ejemplo, yo me he relajado un poco, me llevo bien con todos los perretes y no tengo ningún problema con las hembras, ni las intento montar, pero todo ha sido muy progresivo.

La primera anestesia de Dante
Fui castrado con 7 meses, para evitar las complicaciones se recomienda entre los 7 y los 9 meses de edad. Pese a que en párrafos anteriores he hablado un poco de las ventajas de ser castrado, no todo es bueno; de hecho, hay algo que no soporto, y son esos "kilitos de más" que a todos nos pesan. Bueno, pues a mi también! Si ya de por sí, soy de buen comer... imaginad que todo nos engorda; aunque aquí difieren muchos veterinarios, yo os digo que sí, yo engordé y me puse como una "pelota"; la solución está en el deporte y en darnos la cantidad de comida justa, es decir, en controlar el ejercicio físico del can y seguir una correcta dieta alimenticia (nada que no deban hacer los humanos, jeje). Además de engordar, también he notado como otros machos intentan montarte e incluso algunas hembras!! (hay algunas con unos "huevos"... con poco más que yo). 

Si os interesa el tema, en Internet tenéis un montón de información sobre el mismo. Yo os he contado un poco más centrado en mi "persona" (me encanta esta frase), pero os animo a que busquéis antes de tomar ninguna decisión al respecto. Recordad que no es plato de buen gusto para ningún perrete ni para los dueños el paso por el quirófano. Al siempre me dice que porque no tuvo otra opción, pero que si no, yo seguiría siendo un "huevón".